Adicción a las tecnologías: claves para lograr una desconexión
Debido al momento tecnológico en el que vivimos, la tecnología está presente en todos los momentos de nuestro día a día, ya sea en el trabajo o en nuestra vida privada. Desde que nos despertamos hasta que acaba el día estamos rodeados de dispositivos tecnológicos como teléfonos móviles, tablets y ordenadores. Estos aparatos nos mantienen conectados continuamente con un mundo digital del que es difícil salir.
¿Qué es ser adicto a la tecnología?
La adicción se relaciona normalmente con el consumo de sustancias como alcohol o drogas, sin embargo, la adicción a la tecnología comparte muchos rasgos con las adicciones tradicionales como la falta de control y la falta de tolerancia.
Una persona con una relación sana con la tecnología puede navegar por internet, jugar a videojuegos o hablar por el móvil por el simple hecho de entretenerse y tiene la capacidad para detenerse sin problema cuando lo desee. Sin embargo, una persona adicta a la tecnología utiliza la tecnología como escape de su vida real, normalmente para aliviar un malestar emocional.
La tendencia de esta dependencia a la tecnología es a aumentar, especialmente entre las personas más jóvenes de la sociedad. Estudios recientes en España nos indican que un 23,3% de los niños menores de 10 años ya dispone de un teléfono móvil propio y que el 98,5% de los adolescentes ya usan las redes sociales.
¿Por qué las nuevas tecnologías pueden generar adicción?
Aunque en este caso no haya sustancias de por medio, el mecanismo detrás de la adicción a la tecnología puede ser similar. Cuando atravesamos momentos difíciles o situaciones que nos generan malestar, es habitual que busquemos formas de evadirnos. Las redes sociales, los videojuegos y el contenido digital pueden convertirse en un refugio donde los problemas parecen desaparecer, al menos temporalmente.
Factores como conflictos familiares, baja autoestima, dificultades en las relaciones sociales o situaciones de estrés pueden aumentar el riesgo de desarrollar esta dependencia. Algunos elementos que favorecen este comportamiento incluyen:
Algunos factores que favorecen esta dependencia de las nuevas tecnologías son:
Su accesibilidad: son fáciles de usar y están adaptadas a la mayor parte de la población.
Su inmediatez: podemos estar conectados al momento y desde prácticamente cualquier sitio. Además, puede actuar como medio para obtener gratificación fácil e inmediata.
Su variedad de contenidos
Nos facilitan la interacción social
Factores de riesgo frente a la adicción a las nuevas tecnologías:
La población adolescente constituye un grupo de riesgo, pues tienden a buscar sensaciones nuevas y son los que más tiempo pasan conectados a internet, además de estar más familiarizados con las nuevas tecnologías. Sin embargo, hay personas más vulnerables que otras a desarrollar una adicción. A continuación, describimos algunos de los factores de riesgo más comunes:
La impulsividad
Cambios frecuentes de humor
Intolerancia a estímulos no placenteros: tanto físicos (dolores, insomnio, fatiga) como psicológicos (disgustos, preocupaciones, responsabilidades)
Búsqueda de emociones fuertes
Personalidad excesivamente introvertida
Baja autoestima
Rechazo de la imagen corporal
Problemas psiquiátricos previos: depresión, TDAH, fobia social, … aumentan el riesgo de engancharse a internet.
Consecuencias de la adicción a las tecnologías
Los síntomas derivados de la adicción a las tecnologías provocan un deterioro en la vida diaria de quienes lo padecen, tanto a nivel de salud como de relaciones interpersonales. Algunas de ellas son las siguientes:
Afectación del sueño: problemas para dormir o insomnio.
Dificultades para mantener la atención y concentrarse, distracciones.
Dificultades a nivel de memoria, para registrar y recordar la información.
Sentimientos de ansiedad e irritabilidad si no es posible conectarse (abstinencia)
Cada vez es necesario más tiempo de conexión para sentirse bien (desarrollo de tolerancia)
Dificultades para socializar y comunicarse, viéndose afectadas nuestras relaciones sociales: se prefiere estar frente al ordenador o con el móvil.
En algunos casos, puede llegar a darse la nomofobia: temor irracional a quedarse sin el móvil o no poder usarlo.
Dejar de cumplir con las obligaciones (tareas escolares o cotidianas, trabajo, etc) por estar conectados.
Inversiones de dinero cada vez más grandes en accesorios para el móvil/ordenador, juegos, …
Uso del móvil/ordenador para evadirse frente a problemas o conflictos
Otros síntomas físicos: dolores de cuello o espalda, ojos enrojecidos, dolores de cabeza.
Tratamiento de la adicción a las nuevas tecnologías
Si te has sentido identificada con lo explicado anteriormente, si notas que tu vida gira en torno a las nuevas tecnologías o que pasas mucho más tiempo del que te gustaría con el móvil, ordenador o en internet, incluso a veces sin darte cuenta de ello, puede ser el momento de buscar ayuda profesional. Desde Oceane psicólogos podemos ayudarte. Nuestro equipo de profesionales te guiará en este proceso.
A continuación, te damos algunas Claves para desconectar de las nuevas tecnologías:
El primer paso para desconectar psicológicamente de las nuevas tecnologías es reconocer la necesidad de hacerlo. Dada la accesibilidad de la tecnología en nuestras vidas, puede resultad difícil identificar cuándo estamos cruzando la línea entre un uso saludable y el exceso de dependencia. Sin embargo, hay señales que pueden indicarnos que es hora de desconcertar:
Síntomas de adicción a la tecnología: como hemos comentado anteriormente, si experimentas ansiedad cuando estás lejos de tu teléfono o pasas la mayor parte de tu tiempo libre consumiendo contenido digital, es posible que estés desarrollando una adicción a la tecnología. Recuerda que reconocer los síntomas es el primer paso para abordar el problema.
Disminución de la productividad: si notas que tu productividad en el trabajo, tareas escolares o cotidianes ha disminuido debido a distracciones online, podrías necesitar establecer límites en el uso de la tecnología.
Aislamiento social: si las interacciones a través de internet empiezan a reemplazar las relaciones personales y sientes que te aíslas de amigos y seres queridos, es momento de replantear el uso de las tecnologías.
Problemas de salud mental: si experimentas estrés, ansiedad, insomnio u otros problemas comentados previamente, resulta fundamental tomar medidas para primar tu bienestar psicológico.
Disminución en la calidad de vida: si sientes que el tiempo que pasas frente a las pantallas está afectando negativamente a tu calidad de vida, quizá sea una señal de que necesitas desconectar.
Pero… ¿Cómo desconecto de las nuevas tecnologías?
Una vez hayas identificado la necesidad de desconectar de las nuevas tecnologías, el siguiente paso es establecer límites efectivos en el uso de la tecnología, que ayuden a fomentar tu desconexión. Estos límites te ayudarán a recuperar el control sobre tus dispositivos, evitando efectos perjudiciales.
Define tus objetivos personales: ¿quieres reducir el tiempo de uso de las tecnologías para pasar más tiempo con tus seres queridos?, ¿deseas mejorar tu productividad?, ¿priorizar tu autocuidado? Es importante que establezcas objetivos claros.
Define horarios específicos para el uso de la tecnología: por ejemplo, designar ciertas horas del día para revisar correos electrónicos, usar redes sociales, …
Limita las notificaciones: las notificaciones constantes pueden ser una gran distracción. Configurar tu dispositivo para recibir sólo notificaciones importantes reducirá el número de interrupciones innecesarias.
Crea zonas de cero-tecnología: destina áreas en tu casa o zona de trabajo donde no esté permitido el uso de dispositivos, lo que ayudará a promover la interacción cara a cara y la concentración en otras actividades.
Establece un límite de tiempo diario: es crucial que definas un límite de tiempo diario para el uso de dispositivos digitales. Puedes ayudarte de aplicaciones o de los ajustes de tiempo de tu dispositivo para limitar el tiempo que pasas en aplicaciones específicas.
Practica la desconexión nocturna: apaga tus dispositivos electrónicos al menos una hora antes de acostarte. La luz azul de las pantallas puede interferir con la calidad del sueño, y desconectar antes de dormir puede ayudarte a descansar mejor.
Busca actividades alternativas: encuentra actividades alternativas con las que disfrutes y que no estén relacionadas con la tecnología. Algún ejemplo podría ser: leer un libro, hacer deporte, disfrutar de la naturaleza y el aire libre o encontrar pasatiempos creativos.
Beneficios de desconectar de las nuevas tecnologías
La desconexión nos permite recuperar el control sobre nuestra vida y encontrar un equilibrio saludable en un mundo digitalmente conectado. Notarás una mayor concentración en tareas importantes, reducción del estrés y la ansiedad, sueño más reparador, …
Si te has sentido identificado, no lo dudes, por favor pide ayuda. En Océane Psicólogos podemos ayudarte, contacta con nosotros.